Desarrollar una educación de calidad, posibilitando que los niños se inicien:
En el conocimiento, la comprensión y la organización del mundo en el que viven.
En el desarrollo de actitudes que favorezcan la responsabilidad en las tareas.
En comprender la realidad y expresión de su mundo interno a partir del enriquecimiento de su capacidad creadora en el juego.
En la vivencia religiosa teniendo como modelo la familia de Nazareth.
En el desarrollo de una buena convivencia basada en el respeto mutuo.
En el mundo de los valores individuales, sociales y cristianos